
Este domingo 5 de junio termina el tiempo de Pascua con la Solemnidad de Pentecostés, la fiesta en la que celebramos la venida del Espíritu Santo 50 días después de la Resurrección de Cristo (y 10 días después de su Ascensión). Tal acontecimiento coincidió en el tiempo con la fiesta del Shavuot (o «de las semanas»), en la que el pueblo judío celebra la entrega de la Ley a Moisés en el Sinaí. En la Iglesia se ha llamado pentecostés, simplemente, porque sucede a los cincuenta días de la Pascua («pentecostés»: en griego significa «el quincuagésimo día»).
Los Apóstoles recibieron el don del Espíritu Santo enviado por el Padre y el Hijo, y tantas veces prometido. Esta presencia de la tercera persona divina es esencial, pues sin el Espíritu Santo no tendríamos acceso a la Gracia Divina, ni podríamos participar de la Vida en Cristo, ni estaríamos impulsados, sostenidos e inspirados para el anuncio y vivencia del Evangelio. Tan importante es esta fiesta que se la considera una especie de cumpleaños de la Iglesia: estrictamente hablando no es que aquí nazca la Iglesia, pero sí es cuando recibe el don que le da Vida y Trascendencia.
Por este motivo la Iglesia celebra este día la Jornada del Apostolado Seglar, recordando que todos los creyentes, como templos del Espíritu Santo y piedras vivas de la Iglesia, forman parte activa e indispensable de la construcción del Reino de Cristo en el mundo. En Madrid se celebra por eso una pequeña feria de carismas frente a la entrada lateral de la Catedral de la Almudena el sábado 4 de junio de 11 a 19:00h., con carpas y actividades para dar a conocer asociaciones y movimientos eclesiales; durante este tiempo, además, habrá turnos de Adoración Eucarística en el interior de la Catedral. Terminará la Jornada con la Vigilia de Pentecostés a las 20:00h.
Materiales de la Conferencia Episcopal para esta Jornada: